Como dije en el anterior post, si no llegaba a tiempo, leeríais por aquí que estoy muerto.
Pues no, sigo vivo, niños y niñas. Después de dos días de dormir en la intemperie, no saber donde iba a estar en dos horas, vérmelas con el tiempo y los bichos y los conductores implacables que pasaban sin mirarnos... después de pasar cuatro días en Valencia y Turís y pegarme la mayor fumada de mi historia...
He decidido que la vida es demasiado corta, que no voy a estar en Barcelona para siempre, y que no quiero seguir sabiendo donde voy a estar dentro de dos horas. Así que voy a vivir, vivir, vivir. Como si no hubiese mañana.
Y ahora, me piro. ¿A dónde? ¡QUÉ MÁS DA!
1 comentario:
Haces muy bn;) hay que vivir la vida que son cuatro dias :D
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